El paciente reumático debe contar con hábitos de alimentación adecuados, llevando una dieta equilibrada que garantice su tono muscular e incremente la producción de sustancias que reduzcan la inflamación, entre otros.
Una de la preguntas más frecuentes que los pacientes hacen al reumatólogo es si la dieta influye en su enfermedad. Esta preocupación se debe, al menos en parte, a la circulación de gran cantidad de materiales informativos (revistas, libros, publicidad, etc.) sobre este asunto y que, con demasiada frecuencia, proporcionan información poco fiable o recomiendan dietas mágicas o de moda, que más que un beneficio pueden suponer un peligro real para el que sigue esas indicaciones. En esta información se pretende responder a dos preguntas clave: ¿qué aspectos de la dieta pueden empeorar mi enfermedad reumática? y ¿qué aspectos de la dieta pueden mejorarla?
Por esto, es imprescindible para el adecuado tratamiento del paciente reumático contar con un apoyo nutricional adecuado a sus necesidades particulares.